viernes, 6 de junio de 2008
"La sociedad global de la información y los nuevos desafíos de la tarea educadora"
En la actualidad la sociedad humana se enfrenta a las transformaciones de un mundo que se vuelve cada vez más complejo e incierto ante la rapidez de los cambios. Se trata de un escenario inestable, complejo, tormentoso y desestructurante que genera a los sujetos nuevos interrogantes e inéditos desafíos. Es una época de crisis, rupturas e innovaciones. En este contexto, la educación asume la responsabilidad de construir un “futuro viable” sustentado en el pensamiento crítico, ético y holístico . En esta línea analítica, abordaré a las TICs como un factor de vital importancia en la transformación de nuestra sociedad.
Las TICs, entendidas como el conjunto convergente de tecnologías de la microelectrónica, la informática (máquinas y software), las telecomunicaciones y la optoelectrónica (Castells, 2000), están produciendo una auténtica revolución en la vida del ser humano, una revolución que se define bajo la denominación de Sociedad de la Información. Esta nueva sociedad, se caracteriza por un conjunto de procesos de cambios cuyos impactos se registran en los diversos ámbitos sociales, económicos y políticos.
De esta manera, el mundo moderno anuncia cambios en todos los aspectos de nuestra vida incluyendo la difusión de los conocimientos, el comportamiento social, las prácticas económicas y empresariales, el compromiso político, los medios de comunicación, la educación, la salud, el ocio y el entrenamiento (Diego Levis, 2004); son innovaciones tecnológicas propiciadas por el fenómeno de globalización que se producen de forma constante y veloz y dan origen a la Sociedad en Red, transformando aceleradamente las bases de la sociedad anterior (Bangemann, 1994).
Dejamos atrás al Estado Moderno y benefactor, aquél que había edificado a la institución educativa sobre un suelo de certezas e ilusiones y en el cual se fundaban los discursos políticos que acuñaban las ideas de igualdad, prestigio social y progreso. Los sistemas educativos se ocupaban de la transmisión de la cultura, los saberes y las normas societales a las nuevas generaciones, contenidos necesarios para la formación de ciudadanos virtuosos. Por entonces, la función docente gozaba de un gran prestigio social investida en la sagrada tarea de cuidar, velar y preparar la formación de las almas. La tarea educadora estaba a cargo de especialistas, se instalaba la figura del maestro como portador de los conocimientos socialmente válidos y del método pedagógico. Así, el dispositivo escolar se configuraba en la centralidad simbólica del maestro y en la transmisión unidireccional del conocimiento estático y atomizado por parte del profesor hacia los alumnos.
Hoy la posmodernidad abre sus puertas al Estado Neoliberal . Las consecuencias más sobresalientes de dicha transformación son: la pérdida de la capacidad de conducción estatal, los quiebres en el imaginario social y la caída de las utopías modernas. Es por ello, que se acrecienta la desilusión acerca de la escuela y se manifiestan sentimientos de frustración o desolación.
A esta altura, cabe preguntar, si la modernidad legitimaba la autoridad docente desde su propio proyecto político, entonces, en la actualidad: ¿Cómo enfrenta el docente los nuevos desafíos de su tarea educadora frente a los a la influencia de los flujos comunicacionales y las inéditas demandas educativas? Por el momento, este interrogante quedará planteado.
Por otra parte, la sociedad global de la información manifiesta su potencialidad a través de:
1. La cantidad y diversidad de conocimiento, textos y productos que movilizan una gran cantidad de información.
2. La adquisición, el procesamiento y transmisión de información en forma ágil y veloz.
3. La pluralidad de saberes, en los que se incluyen no sólo los lenguajes clásicos sino también los lenguajes audiovisuales.
La sociedad de la información supone la necesidad de formación permanente y continua y la priorización del objetivo "aprender a aprender"; significa entonces que la educación deberá asentar sus bases en conocimientos y destrezas que permitan pasar de la Sociedad de la Información a la Sociedad del Conocimiento. En esta clave, puede apreciarse este curso virtual, su modalidad de trabajo y las expectativas personales de continuar mis estudios a través de esta diplomatura.
Las TICs están presentes en nuestra vida social y profesional. Los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan actualmente al desafío de utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para proveer a sus alumnos con las herramientas y conocimientos necesarios para el siglo XXI. En mi caso, asumo este desafío como docente de Nivel Inicial y de Nivel Terciario y con la claridad de que la escuela no es sólo transmisión de información sino también formación de la personalidad.
A esta altura es conveniente plantear algunas dudas: ¿cuál será la mejor manera de organizar los espacios escolares? ¿cómo incorporar genuinamente los nuevos desarrollos tecnológicos en la situación de enseñanza? ¿qué influencia ejerce los procesos de globalización en nuestra cultura?
Sin sacralizar las TICs, debemos ser conscientes de que la Tecnología atrae a los estudiantes y propicia un clima colaborativo de estudio en el cual se puede aprender disfrutando. Ahora bien, es cierto, que no se trata de hacer atractiva la enseñanza por el mero uso o aplicación de una herramienta novedosa porque aún cuando la herramienta pueda posibilitar un tratamiento atractivo del contenido abordado, lo atractivo de la enseñanza pasa por la selección de contenidos desafiantes, contenidos vinculados con la vida e intereses de los niños o jóvenes. En este sentido, se enfatiza que las nuevas tecnologías posibilitan y propician estos tratamientos curriculares pero ellas en sí mismas no definen los contenidos curriculares ni eliminan el esfuerzo por aprender. Por ello, “las Tic deben considerarse como un instrumento y no como un fin en sí mimas” .
En este contexto, debe producirse un cambio en la concepción tradicional del proceso de aprendizaje y una nueva comprensión acerca de cómo las TICs pueden ayudar a crear nuevos entornos de aprendizaje en los que los alumnos se sientan más motivados y comprometidos, asumiendo mayores responsabilidades sobre su propio aprendizaje. Las TICs tienen el potencial de transformar la naturaleza de la educación en cuanto a dónde y cómo se produce el proceso de aprendizaje.
En síntesis, se asume que con el advenimiento de las nuevas tecnologías el énfasis de la profesión docente está cambiando desde un enfoque centrado en el profesor y basado en clases magistrales, hacia una formación centrada principalmente en el alumno dentro de un entorno interactivo de aprendizaje. Sólo así las TICs serán verdaderos motores de cambios en los roles pedagógicos de alumnos y profesores.
Etiquetas: Tecnología y Enseñanza
Módulo TYD,
Sociedad de la información y transformaciones
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